Es el momento de escribirte lo que nunca fui capaz de decirte, aunque sea tarde.
Estamos acostumbrados a oír que nunca debemos decir "siempre", que los "siempre" se acaban... etcétera. Pues yo conozco uno que empezó hace muchísimo tiempo y aun no ha terminado y de hecho, estoy segura de que nunca lo hará. Cuando dos personas se enamoran, de verdad de la buena, da igual cual sea su estado después de que su relación se agote, seguirán queriéndose, pase lo que pase o pese a quien le pese. Ese "siempre" del que os hablo, en mi caso se llama David. La historia es bastante larga, nada más y nada menos que 6 años; no es una historia cualquiera, ni como las demás. La nuestra es diferente, un poco caótica quizás, pero aquí nos veis. Nunca le he dado tanta importancia a lo nuestro hasta hace poco, cuando me quede sola, cuando él se marchó, me di cuenta de que le debo tanto... Él que me enseñó a ser sincera, él que siempre ha estado presente cuando no estaba la gente que tanto me prometía. Hacerme un favor chicas de este planeta, cuando améis a alguien de verdad, nunca, pero nunca nunca le dejéis escapar. Detrás de cada corazón roto se encuentra una buena amistad. De hecho, yo le sigo queriendo igual o incluso más que el primer día; y eso nunca cambiará.
